05/02/2013
Estimado Antonio Muñoz Molina,
El anuncio de su viaje a Israel el próximo 10 de febrero para recoger el
premio Jerusalén, ha decepcionado a muchos de sus lectores y lectoras. En
calidad de personas que nos dedicamos a la literatura, el arte y la cultura,
comprometidas con la defensa de la paz y la justicia, le rogamos que cancele su
viaje, por las razones que le explicamos a continuación.
En su sesión de noviembre 2011 en Suráfrica, el Tribunal Russell sobre
Palestina resolvió, tras examinar las pruebas y escuchar los testimonios
devastadores de israelíes y palestinos, que Israel es culpable de Apartheid
contra la población palestina, tanto dentro de Israel como en el Territorio
Ocupado Palestino. En su sentencia, el Jurado[1] llamó a
"la sociedad civil global, incluyendo los grupos y particulares que
trabajan para poner fin al sistema de dominación racial en Israel, a replicar
el espíritu de solidaridad que contribuyó a acabar con el Apartheid en
Sudáfrica, dando a conocer a los parlamentos nacionales las conclusiones del
Tribunal y apoyando la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones contra
Israel".
El Ejército israelí ha cometido innumerables crímenes de guerra contra la
población civil y asesinatos selectivos de líderes políticos palestinos. Israel
ha intensificado el ritmo de construcción de colonias ilegales en Cisjordania.
La anexión de tierras, acuíferos y demás recursos naturales palestinos, y la
edificación del Muro del Apartheid constituyen violaciones del derecho
internacional y representan graves obstáculos para la paz. Prácticas que
atentan contra la dignidad humana, como son los encarcelamientos ilegales,
detenciones administrativas y uso de la tortura, han sido normalizadas por el
sistema israelí. Además, Israel es el país que ha violado durante el periodo de
tiempo más largo, el derecho inalienable de las personas refugiadas a retornar
a sus hogares y propiedades.
El premio que le ha sido concedido es patrocinado por la Municipalidad de
Jerusalén. Esta Municipalidad ha sido, desde sus inicios, el cerebro e
instrumento de la colonización ilegal de Jerusalén Este y su Ciudad Vieja. Es
responsable del diseño y desarrollo de uno de los sistemas de Apartheid urbano
más crueles del mundo, y ha sido activamente implicada en la limpieza étnica de
Jerusalén Oriental, demolición ilegal de casas, confiscación arbitraria de
propiedades, y en la supresión sostenida y sistemática del desarrollo
económico, social y cultural en los barrios palestinos.
La calificación de la Municipalidad de Jerusalén como responsable de un
sistema de Apartheid contra la población palestina ha sido ratificada por el
Relator especial de Naciones Unidas por los Derechos Humanos para el Territorio
Ocupado Palestino, John Dugard, que declaró que "existen grandes
similitudes entre la situación de los habitantes de Jerusalén Este y los negros
surafricanos bajo el Apartheid en lo relativo a sus derechos de
residencia", y que "la clasificación territorial de Jerusalén Este
tiene las mismas consecuencias que la clasificación racial que existía en
Suráfrica con respecto a con quien te puedes casar, donde puedes vivir y donde
puedes o no ir a la escuela o acudir a un hospital".
En este contexto, cabe recordar que el Alcalde de Jerusalén, autoridad que
auspicia el acto de entrega del Premio, apoyó públicamente la candidatura de
Netanyahu en las últimas elecciones porque, según sus propias declaraciones,
"estaba convencido que el primer ministro seguiría apoyando un Jerusalén
unido", eufemismo común entre los israelíes para referirse a "un
Jerusalén ocupado".
Los artistas que aceptan participar en eventos oficiales israelíes como es
esta ceremonia de entrega, prestan sus nombres, indirecta y a menudo
inconscientemente, a la Hasbara o propaganda sionista.
En el ámbito de la literatura, el premio Jerusalén es una pieza central de la
propaganda cultural y mediática que el gobierno israelí financia con el fin de
distraer a la opinión pública de sus violaciones de la legalidad internacional
y de normalizar su ocupación ilegal del territorio palestino. La sola
declaración de que el premio tiene como objetivo el reconocimiento de
escritores y escritoras por su contribución a la "libertad de los
individuos en la sociedad", ofende los principios básicos de
humanidad, solidaridad y honestidad. El concepto de libertad entra en total
contradicción con las políticas israelíes de Apartheid, que eliminan de facto
cualquier tipo de libertad en Territorio Ocupado Palestino, especialmente en la
Franja de Gaza, que no es más que una cárcel a cielo abierto.
Si va a recibir el premio Jerusalén, no solamente ayudará al gobierno
israelí a crear la falsa imagen de un estado que respeta y promueve la
"libertad de los individuos en la sociedad". Aceptar un premio
financiado por las autoridades israelíes, de las manos de sus más altos
representantes, desoyendo el llamamiento de un movimiento que lucha por la
justicia, como es el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones contra
Israel, equivale a renunciar a comprometerse con la lucha contra las
violaciones del derecho internacional, los crímenes de guerra y el sistema de
Apartheid israelíes. Llevaría a sus seguidores y seguidoras a cuestionarse, no
el compromiso individual que Usted probablemente tenga con los derechos
humanos, la libertad y la dignidad humana, sino el valor que debería tener para
activar este compromiso, y apoyar el movimiento global no-violento que busca
acabar con el Apartheid israelí, en vez de posicionarse en contra.
Conscientes de las intenciones de las autoridades israelíes de lavar sus
crímenes a través de la cultura, personalidades del mundo del arte han
renunciado a los supuestos honores del estado israelí, o han cancelado sus
actuaciones en Israel, como medio de presión para acabar con este régimen
colonial. Pensamos que como artistas, tenemos la obligación de revelar al
público lo que los opresores intentan mantener oculto, renunciar a que nos
hagan cómplices de sus violaciones, y reclamar en alto y fuerte,
"Justicia, Libertad y Dignidad" para los oprimidos.
Porque estamos convencidos de que comparte esta visión, le rogamos,
estimado compañero, que reconsidere su posición y renuncie al Premio Jerusalén,
como se lo han pedido el movimiento global de Boicot, Desinversión y
Sanciones, la Campaña Palestina de Boicot Académico y Cultural,
el movimiento israelí Boicot Desde Dentro y la Red
Solidaria contra la Ocupación de Palestina.
Atentamente,
Stephane Hessel
Roger Waters
Ken Loach
John Berger
Luis García Montero
Alice Walker
Breyten Breytenbach
Paul Laverty
[1] integrado
por la Premio Nobel de la Paz Mairead Maguire, el escritor y ex-Ministro del
gobierno de Sudáfrica Ronald Kasrils, el abogado y presidente de la Sociedad
Haldane de abogados socialistas de Gran Bretaña Michael Mansfield, el juez
emérito del Tribunal Supremo español José Antonio Martin Pallin, la diputada
del Congreso de Estados Unidos por el partido de los Verdes Cynthia McKinney,
la escritora y exministra de Cultura de Mali Aminata Traoré, la escritora
estadounidense y defensora de los derechos de las minorías Alice Walker, y la
Directora de la Fundación de Derechos Humanos de Sudáfrica, Yasmin Sooka.