Ex notitia Victoria
Observatorio para la Seguridad Internacional
Sábado, 25 de enero de 2014Última actualización: Martes, 7 de enero de 2014 08:08
Miércoles, 11 de diciembre de 2013
ANALISIS
Argelia: La incompetencia y corrupción del régimen, un peligro para los argelinos y el Magreb
Chema Gil
Los ciudadanos argelinos son muy conscientes de que su país es una potencia en la generación y exportación de recursos energéticos de primer orden; que por esos extraordinarios recursos, los países europeos y de otras zonas del mundo entregan a Argelia grandes cantidades de dinero; Argelia, por sus dimensiones, posición geoestratégica, recursos energéticos, capacidad militar, etc, debiera tener un mayor peso en el mundo y generar grandes niveles de confianza internacionales.
Lo cierto es que, los discursos sobre Argelia son amables, tan sólo, en la medida en que es necesario no provocar las reacciones caprichosas de ciertas castas dirigentes, con el fin de que aquellos recursos sigan fluyendo hacia el Norte y Occidente sin muchas alteraciones, aunque en ocasiones se tengan que pagar 'mordidas' que no son más que dinero robado al pueblo de Argelia.
En parte de la sociedad argelina, especialmente entre la débil clase media autónoma, desvinculada de redes clientelares y 'bolsas de favores' y, especialmente entre los jóvenes más preparados del país, una vez más se están generando sentimientos de frustración; éste sentimiento se extiende también en las capas más desfavorecidas, especialmente en aquellos que por su vinculación religiosa fueron confundidos sitemática y torticeramente con terroristas peligrosos, en el lamentable y doloroso escenario que se produjo durante los años noventa; en una conflagración que tuvo consecuencias similares a las de una guerra civil.
La inestabilidad en ciernes en el país pretende ser esquivada por un régimen, que lidera Bouteflika, que cree necesario inducir un artificial conflicto con Marruecos para tratar de vertebrar y cohesionar a la sociedad frente a algo común, desviando el foco sobre la propia incompetencia e ineptitud; así como sobre los insoportables niveles de corrupción que son los directamente responsables del deterioro que se registra en el país.
El sempiterno y artificial enfrentamiento con Marruecos, ha sido una constante desde que Argelia consiguiera la independencia de Francia, lograda también con la ayuda de miles de voluntarios marroquíes que combatieron hombro con hombro con los argelinos.
Hasta que potencias como Francia y España desplegaron su protectorado, el mapa de Marruecos incluía parte de los actuales territorios de Mauritania y Argelia; de este segundo país podemos mencionar -entre otros- Tinduf, Knadsa o Tuat, que incluso fueron señalados por los propios argelinos como territorio marroquí, hasta el punto de que existió el compromiso de entregarlos a Marruecos una vez Argelia lograra la independencia de Francia; aquel era el compromiso del Gobierno Provisional de la República de Argelia (GPRA), liderado por Farhatt Abbas.
Argelia, en la lucha para lograr echar a la potencia europea, como señalé antes, contó con un importantísimo apoyo de voluntarios marroquíes que acudieron a luchar con ellos, pero tal solidaridad fue respondida con una completa deslealtad con aquellos marroquíes que arriesgaron y dieron su vida por sus hermanos argelinos en la lucha contra la potencia colonial, por parte de los gobernantes de Argelia, quienes han privado durante decenios, a sus propios conciudadanos, de las posibilidades de desarrollo y bienestar de las que hubieran gozado de haberse establecido una buena relación bilateral en el Magreb, entre ambos países.
Cuando en 1962 Argelia alcanzó la independencia, el Frente de Liberación Nacional (FLN), se hizo omnipresente en todas las esferas de poder argelino, tanto civil como militar. Ben Bella -de ancestros marroquíes, por cierto- se situó al frente del país y se evaporaron los compromisos de devolver a Marruecos los territorios que le habían sido arrebatados. En el colmo de la deslealtad y la traición, Ben Bella y el FLN, permanentemente dividido y caracterizado por luchas intestinas, se acogieron a que fueron territorios coloniales para reclamarlos como propios; es decir, dieron carta de naturaleza al expolio de la potencia colonial a la que acababan de combatir. Es curioso que Ben Bella, que luego tuviera que vivir durante lustros encarcelado por sus compañeros, que pasó a la historia como el gran luchador anticolonialista, empero defendiera el mantenimiento de las consecuencias del colonialismo. La deslealtad se mantuvo una vez Boummedienne se hizo con el poder tras liderar políticamente un golpe de estado militar contra quien había sido votado por seis millones de ciudadanos; una dinámica de inestabilidad que cíclicamente ha caracterizado ese país. Argelia puso su mirada en dos objetivos, por una parte la desestabilización de Marruecos -una constante a lo largo de la historia reciente- y por otra parte lograr una salida al Atlántico. Esos fueron los verdaderos intereses que Argelia, con el apoyo del Bloque del Este (que contó de inmediato con la alianza del recién llegado al poder en Libia, Mouammar Gadaffi), puso en juego para apoyar la creación del Frente Polisario, dar formación a su guerrilla, apoyo logístico, financiación y, finalmente, hasta un suelo para instalar sus campamentos, precisamente en Tinduf, un territorio que históricamente fue marroquí.
Argelia favoreció el estallido de un conflicto bélico, operó como un actor no declarado en el mismo, se aplicó en facilitar ataques, colaboró en la desaparición de soldados marroquíes y mauritanos durante lustros; dio cobertura a los terroristas del Polisario cuando secuestraban a pescadores españoles, o los asesinaban...¿alguien recuerda a dónde viajaba el embajador Samaranch para lograr las liberaciones de nuestros secuestrados?.
Los mencionados intereses argelinos se pusieron de manifiesto antes incluso de que surgiera el artificioso conflicto del Polisario; yo creo que este movimiento fue una creación que se hizo necesaria para Argelia, como consecuencia del breve pero intenso conflicto bélico conocido como la 'Guerra de las Arenas', en la que se enfrentaron Argelia y Marruecos a causa de las fronteras entre ambos países tras la independencia argelina. Tal guerra pudo haberse evitado si el nuevo poder, al frente de Argelia, hubiese cumplido con los compromisos adquiridos por el Gobierno Provisional Argelino anterior a Ben Bella, que expresamente reconocía la marroquinidad de territorios como Tinduf y su devolución en el momento en que Argelia lograra la independencia de Francia; lo que no sucedió finalmente.
La 'Guerra de las Arenas' se desarrolló en la frontera ubicada en la región de Hassi Beida. Argelia percibió entonces que en un enfrentamiento simétrico contra Marruecos correría el peligro de perder no sólo los territorios que se negaba a devolver, sino otros, pese a contar con el apoyo de la Unión Soviética o Cuba.
El gobierno francés, cuando mantenía el poder en Argelia cedió a Mohamed V (abuelo del actual monarca) los territorios mencionados a cambio de apoyar a Francia; pero Mohamed V se negó a traicionar a 'los hermanos argelinos'. Está claro que el valor de la palabra dada de personajes como Ben Bella brilló por su ausencia, de la misma manera que en otros líderes argelinos como Boumedienne o el actual Bouteflika.
En aquella 'Guerra de las Arenas', Marruecos, que apenas contó con una discreta ayuda de Francia y EEUU, demostró su mayor capacidad estratégica en una guerra simétrica; sin embargo Argelia tuvo que practicar el terrorismo (guerra asimétrica). Marruecos hizo presos a cientos de argelinos durante el breve conflicto, al que se puso punto y final gracias a la intervención de países árabes y africanos. La pacificación fue seguida inmediatamente de la liberación de los presos y, aunque Argelia y Marruecos llegaron poco después a acuerdos de explotación de minas y suelo en la zona de Khiblet y Tinduf, que finalmente no fueron fructíferos, lo cierto es que Argelia siempre operó, desde aquel momento, contra Marruecos y esto se puso de manifiesto muy claramente en el surgimiento y mantenimiento del Frente Polisario.
Pascal Chaigneau, profesor del Centro de Estudios Diplomáticos y Estratégicos de Francia, en el prefacio a una de las mejores investigaciones que se han realizado a nivel internacional sobre el desarrollo del Sáhara Occidental con Marruecos, escrita por Henri-Louis Védie, dice que "El Sáhara Occidental, caso simbólico de las relaciones internacionales, secuela de una descolonización mal manejada [...] sigue siendo la manzana de la discordia de una Unión del Magreb aún en ciernes. Punto de tensión hoy, lugar de conflicto ayer, el Sáhara occidental constituye el paradigma de la oposición entre Argel y Rabat. Todo ello sucede mientras la ONU, heredera del problema, avanza a paso lento hacia un estatuto de autonomía, única solución aceptable para las autoridades marroquíes".
Este párrafo del profesor Chaigneau, en unas breves líneas, describe el problema y hace un diagnóstico para su solución, la autonomía avanzada del Sáhara dentro de la sobreanía del Reino de Marruecos.
Este nuevo episodio de 'enfriamiento' de las relaciones diplomáticas que los dirigentes de Argelia han declarado, después de estar provocando desde hace semanas la reacción de Marruecos por declaraciones extemporaneas sobre el diferendo saharaui, no es más que el enésimo ejemplo de como actúan los dirigentes argelinos; cada vez mas 'divorciados' respecto de la realidad social de su país. Los argelinos viajan a Marruecos continuamente, se ha producido una suerte de relación de amistad y afecto con Marruecos, relación que los dirigentes argelinos no quieren.
La indeseable situación provocada por la artificialidad del Polisario, inducida y mantenida por los dirigentes argelinos en el contexto de la Guerra Fría, se mantiene hoy y es el único freno que tiene la Unión del Magreb Árabe. Esta esta unión política está paralizada de facto, privando a los argelinos del desarrollo que sería posible con dos puntos más de PIB; además, los dirigentes argelinos ocultan el dinero que destinan al manteniemiento de la estructura del Polisario en el mundo, parte de la cual opera como un verdadero servicio de información que vierte cumplida información a la inteligencia de aquel país. Millones y millones que se destinan a una causa artificial que, como ha ocurrido en otros momentos, puede tornarse contra la propia Argelia, en forma de crimen organizado y terrorismo, como militares argelinos reconocieron recientemente en una entrevista reservada que mantuvimos.
Bouteflika y una parte dem la casta dirigente argelina pueden inducir, con su conducta, una situación de grave inestabilidad en su propio país que, como siempre, en Argelia, se solucionará con violencia.