Mohamad Al Asfar
No me acuerdo, exactamente de la primera vez en la que cogí el bolígrafo
entre mis dedos… no sé quién fue, el que puso el primer bolígrafo en mi mano; ¿
mi maestro?, ¿mi padre o mi abuelo materno? que era maestro en una escuela coránica,
en el Jemes. No sé qué marca de bolígrafo cogí la primera vez; lápiz seco,
tinta o era mi dedo, el que rasguñaba las antiguas arenas, que se seguramente se esfumaron de la mayoría de las playas de
Trípoli, a donde me llevaba mi madre para curarme de las cauterizaciones que
tenía en mi vientre, en mis partes íntimas y mis pies, con sus aguas saladas y
sus algas, todas aquellas playas perdieron sus arenas. Ahora, asoman ahí horribles
rocas contaminadas con betún, sangre y excrementos.
De lo que me más me acuerdo, es que yo era feliz en aquella época, cuando
dibujaba y escribía con mi dedo mis primeras líneas … mi mano sonreía, mi
corazón se reía a carcajadas, mi alma
bailaba y ascendía a otro lugar, a lo más alto, que no tiene que ser
necesariamente el cielo.
Ahora, no tengo nada que decir, ni nada que hacer… me siento muy pobre. Lo
que leí lo había consumido, me dio calor, lo comí y bebí, me dormí con él, lo
maté y de noche lo puse en un saco, lleno de diferentes sueños,
con todo lo que había soñado. Luego, he sacudido el saco pero no encontré
ningún sueño pegado en el fondo para cogerlo por su cola y soñar con él en la
siesta.
Ahora, busco una imaginación para leerla… escruto en las librerías, me
agacho en las aceras para leer los títulos… no encuentro la imaginación que
busco… la imaginación que puede llenar mi vacío con sus palabras, tinta, olor y
temas.
Recurrí a la red mediática y busqué…
encontré imaginación de distintas razas, credos e idiomas. Veo, ahora, pero
estoy ciego. Veo el camino y no tropiezo con ninguno. Veo la imaginación. No
veo la inspiración. Todas las imaginaciones que poseo ahora son caminos. Todas son de
tinta. Todas se leen con los sentidos. Todas mean, cagan y dejan excrementos. Todas
las imaginaciones disponibles ahora son tangibles. Muchos dedos, y ojos
acariciaron sus almas… Son imaginaciones que se agarran a las hojas, resisten a
la erosión… resisten a las desgracias que viven a su lado. A veces, ganan el
reto, y siguen su camino y otras veces se rinden y entran en la bóveda o en el
crematorio. Intenté contar las derrotadas de mis imaginaciones y fracasé. Las
he encontrado más que la gente. Después de horas y horas contándolas me
confundí. Me equivoqué y volví a contarlas de nuevo. Lo más gracioso, es que la
primera imaginación con la que inicié la cuenta, no la encontré en su sitio.
Empecé la cuenta de nuevo pasando el número uno al número siguiente. Después de
un rato, buscando en el cúmulo, encontré la imaginación que había abandonado su
sitio en la primera fila, escondida en un cúmulo de imaginaciones, renunciando
el número uno.
Ah! Se me había olvidado presentarme. ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Qué
relación tengo con España, su bella literatura, su mágico fútbol, su exquisita
cocina y, en particular, el guiso de “el Rabo del Buey”, que al probarlo en un
restaurante de Tailandia, dije al camarero que este “Rabo” no es de España.
Pero él me confirmó que es importado de España, y que es el rabo de un toro que
se mató en una corrida… En fin, no estuve en desacuerdo con él, ya que las
especias picantes ocultaron los defectos de la cocina, además de las copas de
vino y los preparativos para ver el final de la copa del mundo entre España y
Holanda. Le pedí que me trajera dos testículos de un toro asados, porque, esta
noche, precisamente la celebraré sexualmente. Se ausentó un momento, y regresó
diciéndome que sólo queda un testículo. Le dije que está bien, que con uno
basta. Después de comérmelo empecé a imaginarme que estoy en España, en una
Plaza de Toros, y que el matador mató al toro… bajé a un restaurante debajo de
La Plaza de la corrida, donde sirven platos de la carne del toro matado. Me
trajo un enorme testículo que comí enseguida. En la segunda semana, tardé en
presenciar el partido de fútbol, llegué después de que había terminado. Tenía
mucha hambre, así que descendí al restaurante que estaba debajo de la Plaza de
Toros, y con una señal con los dos dedos llamé al camarero, que estaba lejos
para que me trajera uno o dos testículos. Me trajo un plato con dos testículos
de pequeño tamaño. Después de comérmelos, le pregunté por el tamaño de los testículos: ¿por qué los testículos de hoy, son muy
pequeños? Me dijo, que hoy el toro mató al matador.
En el restaurante “Batalla”, asistí al partido del final del Mundial de
fútbol en una discoteca. Algunas de las camareras vestían la camiseta de España
y otras de Holanda. Claro que España ganó el partido, gracias al gol del artista Iñesta, después de
la prórroga. Me sentí confundido, Todo se mezclaba en mi mente. Me acordé de M. de Cervantes, de Don Quijote y su escudero
Sáncho Panza… el del burro. Llevaba conmigo mi última novela “La Increíble
Historia de la Imposible Caza y Captura de LA Alegría”. Estaba en la cumbre
de la alegría. La chica Tailandesa que
me acompañaba vestida con la camiseta de España me abrazó, después de la
victoria, de una manera muy peculiar, que jamás he probado algo semejante.
Tenía un poco de dinero y pensé no gastarlo en un placer pagado. La victoria de
España me brindó una alegría gratis.
Así, mandé por correo 3 ejemplares a un amigo en España, que se ofreció a
traducirla sólo por 1000 euros, porque la encontró muy entretenida, hace que el
traductor viva el regocijo y aumente mentalmente su potencia sexual. Todos los
acontecimientos de la novela son de pura ficción, se trata de un dictador que consiguió
capturar la alegría, logró recomponerla y venderla a los países del mundo a
gramos. Desde mi punto de vista, manipular la alegría es mejor que el
tráfico de las armas, la salud o cualquier cosa. Todas las cosas positivas de
la vida, si no están acompañadas de alegría son cosas muertas,
falsificadas y desnaturalizadas. Por
eso, el dictador mandó a sus mejores hombres de espionaje al carnaval más
grande del mundo, el carnaval donde la alegría lucía para llegar a sus niveles
más altos para atraerla, capturarla y devolverla a su señor en uno saco.
Imaginemos que este mundo vive sin alegría, entonces ¿cómo sería la vida?
La verdad, es que el mundo está viviendo ahora una profunda tristeza. Ahora, la
alegría se compra aquí y allá, y se roba aquí y allá también. La alegría está
en la cárcel y para liberarla es necesario cargar nuestras almas con la ilusión
y la esperanza. Podemos llegar hasta la cárcel, destruir sus muros y detener a los
carceleros. Pero hay posibilidad para que la alegría renuncie abandonar la
cárcel, cuando el ser humano no ha cambiado, sigue con la misma brutalidad,
desde Abel y Caín hasta ahora.
No a la sangre, no al fuego… Sólo queremos sonrisas y alegr.ia, y el
resultado lo veremos después.
سيرة ذاتية مختصرة :
محمد الأصفر روائي وصحفي ليبي صدر له 11 اصدار في مجال الرواية على
حسابه الخاص خارج ليبيا واصدارين في مجال
القصة القصيرة داخل ليبيا هما حجر رشيد
وحجر الزهر وكتاب عن ثورة ليبيا بعنوان " ثوار ليبيا الصبورون " نشرت
منه نيويورك تايمز بعض الفصول …وترجمت روايته فرحة وصدرت باللغة الاسبانية في
مدريد .. شارك في عدة نشاطات ادبية داخل ليبيا وخارجها وأسس موقع اليكترونى ثقافي
تحت اسم المأنوس هو الآن متوقف للصيانة .. يكتب الآن في جريدة الحياة ومجلة الدوحة
وجريدة الأخبار والنهار وجريدة الكلمة .. بدأ الكتابة منتصف عام 1999 م .