LA VANGUARDIA ESPAÑOLA
Miércoles 19 de Enero de 1955
Crónica de Marruecos
Un Ministerio de Acción Social
Si ya es importante crear en el seno del Gobierno jalifiano un «Ministerio
de Acción Social», con misión tan amplia, ambiciosa y trascendente de ocuparse de todo aquello que de manera directa o indirecta sirva al ideal de elevar por todos los medios el nivel de vida de los marroquíes y facilitar su incorporación a las t a r e as de su propio gobierno, no lo es menos el designar el hombre apto para tan importante empeño. Respecto al Ministerio mismo no habrá que subrayar mucho lo que su creación significa al servicio de un propósito claramente manifestado y tenazmente servido por el teniente general García-Valiño, de que siguiendo los directrices del Caudillo, la obra de España en Marruecos se colocase bajo el signo de lo social y .de .que, la incorporación de los marroquíes a las funciones de gobierno no tuviese más límite que el de la preparación obligada y respecto a la cual nadie puede substituir al marroquí mismo en su propio esfuerzo, siquiera las condiciones creadas para que pueda realizarlo sean opimas.
No habrá, sin duda, para desempeñar el elevado cargo de la rectoría del nuevo Ministerio, personalidad más indicada que el designado: Si Abdeljalak Torres. De noble familia andaluza, de hondo arraigo en Tetuán, con ascendientes directos, su padre y su abuelo, tan vinculados a la obra marroquí y tan sinceramente amigos de España, el nuevo ministro tiene, además, un historial
propio, al que ahora nos referimos. A su abuelo el venerable y patriarcal Si Mohamed Torres, lo recordamos como una estampa del mejor abolengo marroquí. Sus barbas blancas, su porte señorial (también a él se podría aplicar la exclamación de asombro del pintor Delacroix cuando vino por primera vez a Marruecos: «¡Roma está aquí...!»), su bondad, sus condiciones de gobernante, el tacto con que desarrolló su difícil y compleja misión de delegado del Sultán en Tánger, manteniendo así a distancia de la Corte las apetencias europeas, y sobre todo, su intervención en la Conferencia de Algeciras, al frente de la representación marroquí, le granjearon el cariño y el respeto de cuantos le conocieron y hasta incorporan su recuerdo y su figura venerable a los mejores recuerdos de aquellos días amargos para Marruecos. Su padre, el Hach Ahmed Torres, que murió joven, dejó asimismo de su vida y de su paso por el Bajalato de Tetuán una estela de simpatía y de bondad. Sid Abdeljalak ben el Hach Ahmed Torres posee una formación islámica y española amplia y sólida, que adquirió en Tetuán, en Fez y en Egipto. Desde su regreso de Egipto ha participado activamente en la vida política y es, desde hace muchos años, jefe del Pa r t ido Reformista marroquí. Fue director general del Habús, primero, y cuando se concedió la independencia al Habús pasó a desempeñar el Ministerio.. Su actividad política se ha mantenido a lo largo de toda su vida y la ha ejercido como jefe de uno de los Partidos políticos del Imperio marroquí. Como matices de esa actividad política hay que señalar tanto su labor en la Prensa como en la enseñanza.
Por encima de todo, Abdeljalak Torres se ha destacado siempre por su amor a España y por su estimación justa de la misión de España en Marruecos.
Conoce muy bien la cultura y todos los aspectos de la vida española, y se ha
mostrado siempre leal a la amistad. Exilado en Tánger regresó a Tetuán durante: el mandato del actual alto comisario. Culminar una labor amplia, serena, confiada, con un ritmo que ya viene marcado por la mutua y total confianza de los dos pueblos, que sabiéndose fraternalmente unidos, saben que las etapas se cubrirán en cada momento en que los factores necesarios hayan alcanzado su valor preciso; lograr con ella ese difícil equilibrio que viene impuesto por la necesidad de que ninguna impaciencia, precipitación o recelo, fuera de lugar, ponga en peligro una evolución que debe desenvolverse sobre bases seguras, sólo puede lograrse creando esa recíproca confianza de los dos pueblos, es una realidad viva y pujante, cuando en la rectoría de la función hay un hombre, como el nuevo ministro de Acción Social, que comparte tan ejemplarmente su devoción a Marruecos y su cariño a España.
VIAL DE MORL