Despertando Consciencias
Despertando Consciencias
Por que el día y la hora en que ha de volver el Hijo del hombre nadie la
sabe. Sin embargo, será próximamente
sábado, 12 de diciembre de 2015
El gasoducto más sangriento de la historia:
250.000 muertos y 11 millones de desplazados sirios
No se ha llegado a construir y ha causado la devastadora
guerra de Siria con 250.000 muertos y 11 millones de desplazados. Es el
gasoducto que Qatar, a iniciativa de Estados Unidos, propuso construir en 2009
para suministrar gas a Europa a través de Arabia Saudí, Jordania, Siria y
Turquía, con objeto de romper la mayor fuente de ingresos de Rusia junto con el
petróleo. El presidente sirio, Bashar al-Asad, rechazó el proyecto porque iba
contra los intereses de su aliado Vladimir Putin. Obama se puso al frente de la
coalición para derrocar al dictador sirio y dio luz verde para que príncipes
saudíes y qataríes inundasen de dinero al Estado Islámico. Este es el relato de
la tubería más sangrienta de la historia.
Todo empezó en 2009 cuando el Emirato de Qatar propuso,
impulsado por Estados Unidos con objeto de reducir el control de Rusia sobre la
energía de Europa, la construcción de un gran gasoducto de casi 5.000
kilómetros para enviar el gas natural qatarí a Europa a través de Arabia Saudí,
Jordania, Siria y Turquía.
El presidente sirio, Bashar al-Asad, rechazó el proyecto
al entender que perjudicaba los intereses gasistas de su aliado ruso, el mayor
proveedor de gas natural al viejo continente. Apenas un año después, Al-Asad
comenzó a negociar con Irán la construcción de un gasoducto alternativo que
llevaría el gas iraní del campo de South Pars a Europa a través de Irak, Siria
y Turquía.
Qatar, apoyado por Estados Unidos, propuso construir un
gasoducto de 5.000 kilómetros hasta Europa para dar un golpe mortal a la mayor
fuente de ingresos de la economía rusa
Putin dio su visto bueno al proyecto, ya que tenía un
mayor control tanto sobre su aliado sirio como sobre el régimen iraní. En esa
época los medios de comunicación especializados publicaron que Damasco y Moscú
trabajaban juntos para bloquear el gasoducto qatarí. Los expertos afirman que
esa fue la “semilla” de la Tercera Guerra Mundial en la que nos encontramos
inmersos.
Derrocar al régimen de Damasco
Obama entró en escena y vio que la única forma de seguir adelante
con el gasoducto qatarí y de acabar con la principal fuente de financiación de
la economía rusa, junto con las exportaciones de petróleo, era derrocar al
régimen de Al-Asad. La operación permitía, de paso, neutralizar el gasoducto
iraní.
De ahí que uno de los objetivos de las negociaciones
entre Washington y Teherán sobre el programa nuclear iraní, acuerdo que incluía
el levantamiento de las sanciones económicas contra Irán, era convencer a los
líderes iraníes de que desistieran del proyectado gasoducto.
Para mantener su control sobre el mercado de la energía
en Europa, Putin debe atender a dos frentes: Ucrania, con el Gobierno de Kiev
apoyado por Estados Unidos y la OTAN, y Siria con el Estado Islámico o Daesh y
una miríada de grupos de oposición luchando para acabar con el régimen de
Damasco.
Europa, la guerra en casa
Por su parte, Europa se marcó como prioridad limitar la
dependencia de Rusia y veía en el gasoducto qatarí la solución, confiada en que
Estados Unidos resolvería sobre la marcha los problemas que surgieran. Los
dirigentes de Bruselas nunca llegaron a pensar que buscar un suministro de gas
alternativo nos traería la guerra a casa de la mano del yihadismo.
Estados Unidos decidió derrocar al dictador sirio para
posibilitar el gasoducto, pero no contó con el apoyo incondicional del Kremlin
a Al-Asad
Para terminar con la dictadura de Bashar al-Asad, a
Estados Unidos no se le ocurrió mejor estrategia que apoyar al Estado Islámico,
al Frente al-Nusra (la franquicia de Al-Qaeda en Siria) y a otras
organizaciones afines. Un apoyo que, a juicio de analistas y expertos, se les
ha ido de las manos.
Príncipes saudíes y qataríes financian el
Daesh
Príncipes saudíes y qataríes han financiado generosamente
desde el principio a los yihadistas salafistas del Daesh que, en paralelo, han
ido engrasando sus propios mecanismos de autofinanciación, como la venta al
clan Erdogan del petróleo que extraen y refinan en los territorios de Irak y
Siria bajo su control.
Putin ha destapado la venta a Occidente de miles de
barriles de petróleo diarios con los que el Estado Islámico se financia
Occidente hacía oídos sordos hasta que Rusia ha destapado
mediante contundentes pruebas fotográficas el contrabando de cientos de miles
de barriles diarios cuya venta, por debajo del precio del mercado, ha llenado
en los tres últimos años las arcas del Daesh.
Tras año y medio de teóricos bombardeos contra los
islamistas por parte de la coalición internacional liderada por Estados Unidos,
la opinión pública mundial descubre el pasado verano que mayoritariamente se
bombardeaba al Ejército de al-Asad y que los terroristas, bien pertrechados de
armamento, campaban por sus respetos controlando cada vez mayor territorio
sirio e iraquí.
Moscú dinamita el Estado Islámico
Descubierto el pastel, el pasado 30 de septiembre Putin
decide intervenir y envía sus aviones de combate más modernos. En apenas ocho
semanas liquida la mayoría de los puestos de mando y las infraestructuras del
Daesh y terroristas afines. Obviamente, sus bombarderos protegen al Ejército de
al-Asad, que comienza a recuperar y asegurar zonas del oeste de Siria, el
territorio más poblado y feraz del país frente a un este desértico.
Comportamiento que desata el nerviosismo de Estados Unidos, que ve cómo el
escenario cambia de signo a favor de Rusia, Irán y China.
Asimismo es evidente, según coinciden la mayoría de
analistas, que la presencia rusa en Siria -al margen de las importantes
facilidades militares que al-Asad otorga a Putin con la base naval de Tartus y
la aérea de Jmeimim-, está dirigida a defender los intereses económicos de
Moscú, impidiendo la construcción del gasoducto qatarí.
Una descripción ilustrativa del papel determinante del
gas en la guerra civil siria la aporta el analista ruso Dmitry Minin, quien
escribía en mayo de 2013: “En cualquiera de las dos rutas que tome el
gasoducto, Siria termina siendo un eslabón clave en esta cadena que ahora se
inclina a favor de Irán y Rusia, por eso las capitales occidentales decidieron
que era necesario derrocar al régimen de Damasco”.
⦁ La línea morada es el trazado del gasoducto
Qatar-Turquía.
⦁ Los países resaltados en rojo integran la
coalición que se formó cuando al-Asad se negó a apoyar el gasoducto qatarí.
Turquía contó con el apoyo de la OTAN.
⦁ Siria es el único país a lo largo de la línea
morada que no está resaltado en rojo.
⦁ Tras rechazar la propuesta comenzó la “guerra
civil” en Siria. Arabia Saudí y Qatar comenzaron a financiar al Estado
Islámico.
Un informe de la Rand aconsejaba en 2008 instigar guerras
entre suníes y chíes para mantener el predominio sobre el petróleo del Golfo
Pérsico
Gran parte de lo que está ocurriendo fue adelantado por
un informe de la Rand Corporation encargado en 2008 por el Ejército de Estados
Unidos, titulado “Desvelando el futuro de la guerra prolongada” en el que se
afirmaba que “la zona geográfica de las reservas probadas de petróleo coincide
con la base del poder de gran parte de la red salafista yihadista. En el futuro
previsible la producción mundial de petróleo estará dominada por los recursos
del Golfo Pérsico. La región seguirá siendo, por tanto, una prioridad
estratégica que interactuará con una guerra de larga duración”.
El documento aconsejaba “seguir la estrategia de divide y
vencerás entre suníes y chiíes para debilitar sus energías en conflictos
internos y de esta manera mantener el predominio del Golfo Pérsico sobre los
mercados del petróleo”.
Guerra no convencional
Proponía al Ejército de Estados Unidos que la estrategia
se basase, en gran medida, en “acciones encubiertas, operaciones de
inteligencia y guerra no convencional”.
Concluía el documento de la Rand que el eje sobre el que
tenía que girar toda la estrategia debía estar formado por: Estados Unidos,
Reino Unido, Turquía, Qatar, Arabia Saudí y Francia, en contra de Siria, Rusia
e Irán. El tiempo ha demostrado que los “consejos” de la Rand han funcionado a
modo de profecía autocumplida.
El desconocido papel británico
Un testimonio revelador de cómo comenzó a prepararse la
guerra de Siria fue el del exministro francés de Asuntos Exteriores Roland
Dumas, quien afirmó en la televisión gala que Gran Bretaña había planeado
acciones encubiertas en Siria ya en 2009. “Yo estaba en Inglaterra dos años
antes de que estallase la violencia en Siria, y me reuní con altos funcionarios
británicos que me confesaron que estaban preparando algo en Siria. Gran Bretaña
preparaba pistoleros para invadir Siria”, concluía tajante el político francés.
El general Clark reveló después del 11-S los planes del
Pentágono para “atacar y destruir Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán a
Irán en cinco años”
Según el comandante supremo de la OTAN durante la guerra
de Kosovo, el general retirado Wesley Clark, un memorándum de la Oficina del
Secretario de Defensa de Estados Unidos reveló, unas semanas después del 11-S,
la existencia de planes para “atacar y destruir los gobiernos de siete países
en cinco años”, empezando con Irak y siguiendo con “Siria, Líbano, Libia,
Somalia, Sudán e Irán”. En una entrevista posterior, Clark sostuvo que esta
estrategia era fundamental para controlar los enormes recursos de petróleo y
gas de Oriente Medio.
Si ha de resumirse la relación de fuerzas en el tablero
sirio puede decirse sin temor a equivocarse que Estados Unidos, Arabia Saudí,
Qatar, Turquía e Israel forman un solo bloque para derrocar al presidente
sirio. En el otro lado, Rusia, Irán y China tratan de apuntalar al régimen de
Al-asad. En medio, el proyecto del gasoducto que más sangre ha derramado de la
historia: sin haberse construido un solo metro, ha provocado hasta el momento
más de 250.000 muertos y 11 millones de desplazados por la guerra.